László Krasznahorkai recibe el premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra. Sus libros, situados en mundos apocalípticos, transmiten un mensaje de bondad, esperanza y defensa del arte para afrontar escenarios de angustia y pesimismo. Su estilo, con frases largas, combina el humor negro con una visión grotesca y absurda. Se lo ha comparado a menudo con Kafka. También se le ve la influencia de la filosofía japonesa y china. Todo ello con el objetivo de transformar el absurdo y la desgracia en un mensaje de esperanza.